descubro la desesperanza me topo con mis miedos acaricio mis lágrimas y es allí, entonces que el sentimiento más triste quieto como una montaña me deja oír el susurro de las hojas movidas por el viento el sonido secreto de mi alma cuando baila con el mar
Voy al ras. Sobre una superficie sin pliegues ni dobleces. Me dejo atrapar por la amabilidad con la que el suelo recibe el peso de mis pies y acepta su moldeado. Así también como lo hace con el ir y venir de las aguas, que todo lo borran.
dicen que primero llega el cuerpo y que después llega el alma y las palabras? cuál es el tiempo de su llegada? parecen demoradas en un lugar lejano, inhallable
La tierra bosteza y llena el paisaje con sus vapores. El tren se sumerge en una niebla compacta, devoradora de toda presencia. La atravesamos y nos dejamos atravesar por ella, fascinados frente a lo inmenso. Más allá nos espera el perfume de los colores de la siembra. Una simetría perfecta de verdes y marrones baña la ladera de la montaña. Atraídos por su quietud, bailan pájaros migrantes.