cuando el dolor ya no me necesite
y se haya disuelto en el vacío de la espera
la pena de existir clamará por mi presencia
me exigirá consuelo
y se haya disuelto en el vacío de la espera
la pena de existir clamará por mi presencia
me exigirá consuelo
sin dudar acudiré a su cita
con los ojos prendidos todavía a mis pisadas
aturdida por muros
aturdida por muros
descascarados de silencio
no se si notarán mi presencia
tal vez sí la de mi sombra
tal vez sí la de mi sombra
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