miércoles, 11 de diciembre de 2024

a salvo

con ojos de fuego
el sol apresura
la agonía de las flores recién nacidas

la ternura de un capullo me toma por asalto
y no puedo más que advertir -una vez más- 
la fragilidad de toda belleza

pliego entonces los pétalos sobre el pistilo 
pongo a salvo su perfume a entusiasmo
y la confianza en los misterios de su potencia







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