miércoles, 30 de octubre de 2024

de pronto una brisa

desde sus ecos más profundos 
extiendo el hilo de mi voz 
y acaricio la piel de la espera
busco apreciar las diferentes texturas 
que habitan en la distancia

de pronto una brisa 
-apenas perceptible en el temblor de un nombre recién nacido-
se cuela en el compás de la tarde y la colma de desconcierto

por un momento la palabra se demora 
suspendida en el vaivén inevitable 
entre la promesa y la incertidumbre 
de lo que al fin será dicho




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