el cielo derrama lágrimas de oro
en la hora de tu despedida
en la hora de tu despedida
son sus destellos los que alumbran
el camino hacia tu paraíso privado
el camino hacia tu paraíso privado
allí vas
sumida en la quietud
que es templo y oración
de todos los adioses
sumida en la quietud
que es templo y oración
de todos los adioses
aquí quedo
abarcada por el aire que se estremece
ante el roce de tu presencia
tan real como inasible
abarcada por el aire que se estremece
ante el roce de tu presencia
tan real como inasible
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