es un amanecer opaco
la miel abandonó los colores
sumiéndolos en la intimidad
de su propia sombra
adivino el aire frágil
detrás del vidrio
adivino el invierno
en camino
la espera inevitable
con necesidad se sucede
soy su presa, un puro testigo
cada tanto un soplo inesperado
desparrama una paleta de ocres
sobre el cemento
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