sumida en la oscuridad -que es cobijo para las raíces-
la vida acumula las fuerzas para su realización
pura potencia del instante
en el que aún
todo está por ocurrir
así como lo hacen con las almas silenciosas
de las palabras que todavía no fueron dichas
hadas expectantes
hadas solícitas
le tienden su mano
a la belleza y a los monstruos