gota a gota
vierte su elixir
la palabra nunca dicha
calando hondo en el aire
el perfume del hastío
pasa errante
la luz del crepúsculo
el día huye
el cielo descascara
la piel del ocaso
piedra lustrosa
cristal del tiempo
que le dio su forma
el silencio nutre
su pincelada árida
en el amor desierto
de la paz conyugal